¡Ups! La membresía está cerrada... por ahora
Pero puede que lo que te ofrezca a cambio...te interese
¿Por qué cerramos la membresía?
En Muditā cuidamos con mimo la energía que ponemos en todo lo que hacemos.
Cuidamos especialmente a nuestra comunidad.
A quienes ya forman parte.
A los que eligen quedarse.
Cerrar la membresía es una forma de cuidar lo que ya hemos construido: a nuestra comunidad, a quienes confían en este espacio y a la calidad de la experiencia que ofrecemos.
Por eso, hemos cerrado temporalmente el acceso a nuestras membresías.
Sí, tal cual lo lees.
Y porque priorizamos que quien entra lo haga con ganas, con intención y con compromiso…
Sin dudas camufladas de libertad o promesas al aire.
No es un ‘no’, es un ‘ahora no’.
Un espacio con alma, pensado para quienes buscan algo más que una actividad física
Muditā no es un lugar donde probar una clase como quien prueba la dieta de moda.
Es una escuela de Yoga con alma, con valores, con raices y con poquitas ganas de perder el tiempo.
Y eso, lo cambia todo.
Aquí tenemos claro que la práctica de Yoga es un camino de transformación, nada que ver con una actividad más del calendario.
No te vendemos el último ‘método infalible’ para sentirse mejor, ni una promesa de transformación exprés.
Te ofrecemos algo mucho más simple (y mucho más valiente): un espacio donde mirar hacia adentro.
Y eso a veces, incomoda.
Sabemos que muchas personas van de actividad en actividad – del crossfit al pilates, de ahí al paddle, del paddle al yoga aéreo – buscando algo que las haga sentirse bien por fuera, sin preguntarse qué está pasando dentro.
Y también sabemos que a veces el ego se enfada, se ofende, se retira:
‘Eso era diferente a lo que esperaba’, dice.
‘Me sentí incómoda’,
‘Me costó conectar’,
‘Fue muy lento’,
‘Fue demasiado’.
Lo entendemos.
Lo hemos vivido.
Por eso mismo elegimos con cuidado a quién le abrimos la puerta.
Queremos que llegues con entusiasmo… y que te quedes porque algo en ti lo reconoce, lo pide, lo necesita.
Y evitar esas huidas repentinas disfrazadas de excusas o, peor aún, ‘a la francesa’.
Así que si hoy estás en modo ‘mariposa espiritual’, saltando de flor en flor… mejor sigue volando.
Y ahora, ¿qué puedes hacer?
Si hay algo dentro de ti que ya no quiere más ruido, que está cansado de ir saltando de cosa en cosa, y que intuye que la calma y la salud no se compra por clase suelta…
Si estás buscando un lugar donde comprometerte de verdad con tu práctica,
Aunque sea con una clase a la semana,
Aunque tengas tus altibajos,
Aunque no seas ‘la alumna perfecta’…
Entonces, apúntate a la lista de espera.
Si volvemos a abrir, serás la primera persona en enterarte… y será bonito que estés.
¿Y si no es tu momento? También es yoga saberlo
Hay momentos en la vida en los que Yoga no llama.
Etapas en las que mirar hacia adentro se siente lejano, incómodo… o simplemente poco urgente.
A veces porque no duele, así que ‘no hay necesidad’.
Y otras porque sí duele, y nos han dicho que lo mejor es operar,
dejar que otro lo arregle,
buscar una solución rápida que no nos confronte.
Pero Yoga, el de verdad, no es un parche ni una pastilla.
Es un camino de autoconocimiento que requiere algo: responsabilidad personal.
No para culpabilizarnos, sino para despertarnos.
Para darnos cuenta de que sanar no siempre es eliminar el síntoma, sino entender el mensaje.
Y no siempre estamos listas para la transformación que supone.
Pero cuando lo estamos… cambia todo.
Para bien.
Y para siempre.
Mientras tanto puedes...
- Practicar con clases sueltas.
- Usar uno de nuestros bonos (sin presión, sin compromiso, con una validez más que generosa).
O apuntarte a la lista de espera para que cuando abramos de nuevo… estés preparada.
…entonces sí, quizá te interese estar en nuestra lista de espera
Preparada para qué, te preguntarás.
Para experimentar cómo se siente ser una Muditā Warrior.
¿y cómo se siente eso?
Pues… no es que vayas por la calle levitando (aunque a veces te sientas más ligera).
Ni siempre zen. Eso es parte del camino.
Pero hay algo que cambia:
- Te habitas con más presencia.
Conectas con tu cuerpo desde el respeto, sin exigencias. Aprendes a estar contigo… incluso cuando cuesta. - Transformas la práctica en un ritual.
Vienes a crear un espacio sagrado para ti. Constante, profundo, transformador. - Lo haces en comunidad.
Con guía, con cuidado y rodeada de personas que también han decidido quedarse.
Una Muditā Warrior no es perfecta, pero está presente.
No hace todo, pero todo lo hace con intención.
No persigue modas, cultiva una relación consigo misma, su salud física y emocional.
Y eso, querida,
Se nota.
Se vibra.
Se contagia.
Con cariño
Isa
PD: Si tu plan es probar algo nuevo como quien cambia de playlist… mejor no te apuntes.